Una vez que has tomado la decisión de construir tu piscina de ensueño, la elección del tipo de material constructivo es muy importante. Hay tres tipos de piscinas: de poliéster, de hormigón y de acero.
La clave para que tu piscina de ensueño no se convierta en una pesadilla es la calidad de los materiales. En un inicio una inversión de coste bajo es arriesgada ya que el mantenimiento de tu piscina a lo largo del tiempo sale mucho más caro por sus posibles problemas futuros como las fisuras que acaban convirtiéndose en grietas.
Para hacer una idónea elección nos basaremos en la inversión económica, estanqueidad, materiales, estructura, mantenimiento y tiempo de montaje.
Por ello vamos a describir las diferencias positivas y negativas entre los tres tipos de piscinas que existen.
1. PISCINAS DE POLIESTER
Las piscinas de poliéster están construidas de una sola pieza, la carcasa se compone de fibra de vidrio y resina y salen fabricadas de fábrica para ir directa a la instalación de ésta implicando el transporte al lugar con un delicado montaje e incluyendo la estabilización y nivelación del terreno.
La estanqueidad está garantizada si el terreno ha sido bien asentado con la supervisión de profesionales cualificados siendo su resistencia escasa a los movimientos de tierra sino ha sido bien supervisado. El montaje es de rápida ejecución al tratarse de una sola pieza.
En las piscinas de poliéster no se realizan diseños personalizados, hay una amplia gama de formas para elegir, pero un escaso número de materiales con las que realizarlas.
La estructura es de una sola pieza que no se puede pintar y acabará decolorándose la superficie por el sol y los productos químicos teniendo poca garantía de vida.
La inversión inicial es de poco coste económico, pero a largo plazo la vida de la piscina se reduce a 5 años teniendo que sustituirla por otra nueva.
2. PISCINAS DE HORMIGÓN
Las piscinas de hormigón son todo un clásico. Cuentan con la opción de un diseño personalizado, aunque el tiempo de montaje es de diez a quince días y si hay alguna complicación podría alargarse a semanas incluso meses con que el coste aumentaría.
En la estanqueidad se tiene que realizar una buena impermeabilización para evitar los poros en el hormigón y que no se produzcan futuras pérdidas. El hormigón es un material resistente, pero carece de flexibilidad lo que puede llegar a producir fisuras en la piscina debido a las raíces de los árboles o el movimiento del terreno.
Cada cada tres o cuatro años para mantener perfecta la piscina hay que cambiar el gresite, sino es antes, debido a ser colocados con materiales de baja calidad.
3. PISCINAS DE ACERO
Las piscinas de acero son fabricadas con láminas armadas modulares de acero con un montaje de siete u ocho días lo que implica menor coste de mano de obra. La estanqueidad del vaso se origina debido a la lámina lo que hace prácticamente imposible que las piscinas pierdan agua.
La estructura de láminas de acero son un material sólido con una gran flexibilidad ante cualquier tipo de elemento que amenace el armazón de ésta como un efecto sísmico, empuje de agua, movimientos del terreno circundante, etc.
El acero es un material de excelente calidad con una garantía de, como mínimo, 15 años de vida.
En conclusión, las piscinas de acero ganan a las de hormigón y poliéster tanto en la estanqueidad por ser un material de gran flexibilidad adaptándose a cualquier tipo de elemento natural que amenace al vaso de la piscina, el montaje es rápido y fácil, sin necesidad de obra o de nivelación del terreno y a largo plazo una magnifica inversión en el mantenimiento de la piscina.
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